Tratamiento de rabietas en niños en Atocha, Madrid
Rabietas en la infancia: Cómo ayudar a tu hijo/a a regular sus emociones
Las rabietas son episodios en los que el niño/a muestra un comportamiento emocionalmente intenso y en ocasiones incluso desafiante, que suelen darse aproximadamente entre los 1 y los 4 años. Estos episodios pueden ser difíciles de manejar tanto para los/as pequeños/as como para los padres, generando estrés y frustración en el entorno familiar.
Estas “explosiones emocionales” forman parte del desarrollo evolutivo infantil, es decir, no podemos eliminarlas ya que son necesarias para que nuestros/as hijo/as aprendan a regular sus emociones de manera saludable, y nuestro papel aquí como padres va a ser muy relevante.
Lo que sí podemos hacer con las rabietas si las gestionamos adecuadamente es reducirlas en frecuencia, intensidad y/o duración, y convertirlas en una experiencia de aprendizaje en lugar de en un episodio aversivo. Además, esta etapa nos brinda una buena oportunidad para fortalecer el vínculo emocional entre padres e hijos/as.
¿Por qué ocurren las rabietas?
Durante los primeros años de vida, el cerebro está en constante desarrollo y experimenta cambios significativos en su estructura y conectividad neuronal. Las rabietas están relacionadas con el desarrollo del cerebro y la maduración de diferentes regiones que controlan las emociones y el comportamiento.
Durante una rabieta, el sistema límbico, que es la parte del cerebro involucrada en el procesamiento de las emociones, está sobreestimulado, lo que provoca una avalancha de emociones intensas.
Por otro lado, la corteza prefrontal, una región del cerebro responsable del autocontrol, la toma de decisiones y la regulación emocional todavía no está completamente desarrollada, lo que significa que no pueden manejar las emociones intensas de la misma manera que lo haría un adulto.
El lenguaje también juega un papel importante en la expresión de las rabietas, ya que pueden tener dificultades para comunicar sus necesidades y emociones verbalmente, lo que aumenta su frustración y puede llevar a una explosión emocional.
Las rabietas pueden ser desencadenadas por diversas razones, como la frustración, el cansancio, el hambre, la dificultad para comunicarse o la necesidad de autonomía.
Además, pueden ser más frecuentes en momentos de transición o cambios significativos en la vida del niño/a, como la entrada al colegio, la llegada de un nuevo hermanito/a o una mudanza.
En una rabieta, el/la menor nos está mostrando su necesidad de autonomía, de expresarse y sentir diferente a sus padres, como individuo separado.
El proceso de individuación de los padres es un proceso necesario para el correcto desarrollo psicosocial y se produce progresivamente desde la infancia. Las rabietas son una expresión más de este fenómeno. Una oportunidad de crecimiento, de desarrollo individual y familiar.
Abordaje psicoterapéutico y algunos consejos
Si tu hijo/a está teniendo episodios de rabietas cada vez más frecuentes o intensos, o sientes que no tienes herramientas suficientes para poder manejarlas, no dudes en contactarnos y agendar una cita. En Aequa Psicología tenemos un equipo especializado en la intervención infanto-juvenil que trabaja desde un enfoque integrador, adaptándonos a las necesidades de cada familia.
Estamos aquí para brindarte el apoyo y la orientación necesaria para manejar esta etapa tan importante en el desarrollo de tu pequeño/a.
Buscar ayuda profesional para el manejo de las rabietas en la infancia puede tener numerosos beneficios tanto para el niño/a como para la familia. Algunos de estos beneficios incluyen:
- Comprender las causas subyacentes de las rabietas y aprender a identificar las señales de advertencia.
- Desarrollar estrategias efectivas para reducir la frecuencia, intensidad y duración de las rabietas.
- Mejorar la comunicación y la conexión emocional entre padres e hijos/as.
- Fomentar el desarrollo de habilidades de regulación emocional, tanto en los/as niños/as como en los adultos.
- Aumentar la confianza y la competencia de los padres en la gestión de situaciones desafiantes.
Consejos para manejar las rabietas
Cuando un niño/a tiene una rabieta, es normal que los padres se sientan frustrados, estresados o incluso a veces avergonzados. Sin embargo, es fundamental regular estas emociones y volver a un estado de calma para poder ayudar a nuestro hijo/a en su propia regulación. Es importante recordar que la rabieta no es un comportamiento manipulador, sino una expresión de emociones abrumadoras.
Legitima sus emociones y asegúrale que estás allí para apoyarle. Escucha activamente sus preocupaciones y sentimientos sin juzgarlos ni minimizarlos. Cuando los padres responden de manera sensible y empática durante una rabieta, están fomentando el sentimiento de comprensión y aceptación. Esto fortalece el vínculo de apego seguro, ya que aprende que sus emociones son válidas y que puede contar con sus cuidadores para ayudarle a manejarlas.
Los límites brindan seguridad y estructura, ayudando a los/as menores a sentirse protegidos y cuidados. Es importante que las normas y límites se establezcan antes de que ocurran las rabietas, y que se establezcan de forma respetuosa.
A medida que crecen, es esencial ayudarles a desarrollar habilidades para manejar sus emociones. Podéis practicar juntos técnicas de respiración, contar hasta diez o verbalizar sus sentimientos como formas saludables de afrontar situaciones estresantes.
Los/as niño/as aprenden también observando a sus cuidadores. Asegúrate de modelar una actitud calmada y respetuosa frente a situaciones difíciles para que puedan aprender de tu ejemplo.
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